La izquierda mutilada en 12 claves
octubre 31, 2018
"El problema no recae exclusivamente en las
ideologías, el sistema o la política. El problema es el hombre. El problema no sólo
es de izquierdas o derechas sino también de espiritualidad."
La izquierda mutilada en 12 claves |
1. Los movimientos de izquierda auténticos (hablo de
movimientos y no de gobiernos), abnegados y saludables, no sólo han servido
para que muchos gobiernos y organizaciones no excedan sus límites de exclusión,
desigualdad y opresión, sino también para que un sistema como el capitalismo
recuerde que el ser humano no es sólo fuerza de trabajo, mercancía, o un mero
instrumento del consumo.
2. Ser de izquierda implica una mirada del mundo distinta al
establishment. Es una mirada pero también una práctica que busca liberar a
aquellos que por razones culturales, políticas y económicas, son víctimas de
sistemas plagados de abusos e injusticias. La izquierda, en sus casos más
benignos, ha servido de contención, de freno, para que los poderosos controlen
su voracidad y desenfreno, y desistan en el empeño de convertir la condición
humana en un escombro, en residuo, en material desechable.
3. Sin embargo, y lo que parece una contradicción, la
historia está llena de gobiernos de izquierda que en el poder dejan a su paso
pueblos arrasados por la miseria, la corrupción, el fanatismo y el
autoritarismo. Esto es una realidad histórica, pero, tampoco hay que olvidarlo,
la historia nos cuenta que muchos gobiernos de derecha también han dejado a su
paso mayores calamidades, con un sin fin de muertos, destrucción y violencia.
4. El caso venezolano es puntual: aquí no gobierna la
izquierda sino la derecha. No hay socialismo sino capitalismo. Que el gobierno
manifieste ser de izquierda, es una vergüenza para la izquierda. Incluso,
siendo de derecha, es una vergüenza para la derecha. Estamos ante un ejercicio
profundamente distorsionado y perverso del poder.
5. La actual crisis es producto de un capitalismo mal
empleado. El gobierno juega a un socialismo de boca, con procedimientos
eminentemente capitalistas. Por un lado levanta la mano izquierda para acusar y
defenderse, y por el otro usa la derecha para instalar su propia oligarquía, su
propia hegemonía, su propia legitimación de capitales. Se trata de una nueva
élite de civiles y militares que configuran una oligarquía emergente al
servicio de los nuevos grupos económicos.
6. La batalla política de este país es entre derechas. Ambas
son expresiones de la crisis del capitalismo a nivel global. Un capitalismo que
en su punto más crítico se ha servido incluso de las "izquierdas"
para sostener su hegemonía y atenuar sus debilidades como sistema.
7. En medio de esa lucha de derechas, el pueblo se hunde en
el fanatismo, el odio, la confusión, la enfermedad y el hambre. Quienes votan
por Maduro, votan por un gobierno de derecha. Quienes se abstienen de
participar en elecciones, lo hacen convocados por la derecha. Los
antiimperialistas se expresan contra el imperialismo norteamericano, pero no
contra el bloque imperial emergente ruso-chino.
8. La frontera entre izquierdas y derechas es cada vez más
débil. Cuando alguna toma el poder, sus tesis suelen anularse por sí mismas. El
sistema las devora sin tregua, como si cualquier práctica política no tuviera
otra opción que rendirse ante las prácticas del capital y sus vicios más
oscuros.
9. El problema no recae exclusivamente en las ideologías, el
sistema o la política. El problema es el hombre. El problema no sólo es de
izquierdas o derechas sino también de espiritualidad. En el corazón del
venezolano se han instalado los espíritus de la usura, la arrogancia, el
sectarismo, la injusticia, el odio, la violencia, el fracaso, la ignorancia, el
pesimismo, la derrota, la desidia y la apatía. En todos, tanto en la izquierda
como en la derecha, estos espíritus han erosionado nuestra conciencia. Es un
problema humano que alcanza consecuencias humanitarias y que afecta a todos por
igual.
10. En este escenario, la desigualdad y los abusos de poder
(financieros o políticos), continuarán existiendo. El diálogo entre posturas
ideológicas opuestas seguirá naufragando, mientras la gente, cada vez más
decepcionada, asumirá en modo sumiso otra derrota histórica.
11. Los devotos de Maduro y sus colaboradores, que empinan
banderas de izquierda, ignoran que trabajan y defienden un gobierno neototalitarista
de derecha. Desconocen que defienden un gobierno militar que sólo representa
los intereses de las cúpulas militares, mucho más que los intereses de las
cúpulas civiles. Es un juego de cúpulas, de grupos económicos más que de grupos
políticos, y a escala global, de hegemonías.
12. Usted puede ser antiimperialista, puede cultivar los
principios revolucionarios, puede conmoverse por una canción de Alí Primera o
Silvio Rodríguez; usted puede incluso ser de izquierda o lo que le dé la gana,
pero si usted participa, y participando de algún modo apoya y defiende a una
clase política corrupta, arrogante, militarista, sectaria e hipócrita, entonces
usted no es coherente. Usted ha mutilado su mano izquierda y apenas siente su
sombra, la reminiscencia de su propia amputación.
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